Josef Martínez molesto por fallar tanto, pero feliz por la victoria
Josef Martínez molesto por fallar tanto, pero feliz por la victoria
El delantero de Atlanta United salió feliz por conseguir el pase a una final más en la historia de la franquicia, pero no le gustó fallar oportunidades tan claras.
Josef Martínez es uno de los delanteros más letales de la MLS, tanto que en la última temporada anotó 27 goles en 29 partidos. Gracias a esto, el venezolano del Atlanta no se perdona fallar oportunidades claras como las que tuvo contra el Union, esto a pesar de marcar un golazo que le aseguró el pase a la final de Conferencia.
Poco después de revelarse que Martínez se llevaba el gol de la temporada, por el tanto que le anotó a Cincinnati en la temporada regular, apareció en las semifinales del Este para anotar un golazo que dejó atónito a todo el estadio. Pero para el MVP de la temporada 2018, eso no es suficiente, ya que falló muchas oportunidades claras y no se puede dejar pasar tantas opciones frente al marco cuando los partidos son tan cerrados como contra el Union.
“No puedo ser feliz cuando pierdo tres goles. Perdí las oportunidades más fáciles y anote las más difíciles, pero estoy feliz con la victoria. El equipo sufrió y jugó muy bien, mejor que el último partido. Tenemos que ser felices ahora porque tenemos otra final en casa”, expresó el delantero a los micrófonos de la MLSsoccer.com.
El delantero de 26 años siguió con su análisis sobre su actuación en las semis y continuaba mostrando su enfado por perder tantas oportunidades, ya que es su trabajo y en ocasiones, cuando los partidos son apretados no cuenta con muchas opciones, por lo que no puede fallar tanto. Antes de cerrar el tema confesó que espera no fallar tanto en el partido contra Toronto.
“Me molestó porque es mi trabajo, y cuando el juego está tan apretado como lo fue esta noche, y pierdo esas oportunidades, me siento frustrado porque no tengo muchas oportunidades”, después habló de la forma en la que se mentaliza para no caerse cuando no encuentra el gol. “Trato de pensar que voy a conseguir otro, y por suerte marque el más difícil y el más bonito, pero estoy muy contento con la victoria”.
Cuándo se juegan las semifinales
La fiesta de la postemporada en el Banc of California se reanudará el próximo 30 de octubre. Atlanta United y Toronto se verán las caras para definir quién jugará la gran final. El partido está programado para arrancar a las 20:00 ET.
Correa pone paz
El argentino fue la apuesta de Simeone y cumplió con creces al dar una asistencia a Saúl y otra a Morata. El Athletic lleva cinco partidos sin ganar.
Había caído la tarde ya en el Metropolitano y, antes de que el balón comenzara a rodar el estadio ya era un grito unánime: “Kokeee”. Un Kokeee infinito, ovacionado por todos. Koke capitán, Koke escudo, Koke que agradece levantando la mano antes de medirse a los otros leones, los de la hierba, el Athletic. El único pito que en ese momento se escucha es el del silbato del árbitro. El partido comienza y, antes de que rompa a sudar, es otro rojiblanco el que alza el brazo, Jan Oblak, y menos mal. Iñigo Martínez lleva en la frente el goool en el primer córner que el Athletic lanza en el partido. Lo raspó el portero con las yemas de los dedos de su gachetobrazo para enviarlo fuera, el milagro de cada partido en el minuto dos. Los leones de la hierba habían salido con las uñas afiladas.
Vertical, con Williams como referencia arriba. Amenazaba con centros de Capa, con balones de Raúl García a Williams en los que Hermoso despejaba de cabeza jugándose el pellejo. El Atlético parecía que iba a filmar su película de todos los sábados, Atrapado en el Metropolitano, día de la marmota infinito. La parada de Oblak ya había asomado. Ahora vendría el rato de masticar arena. Su único juego eran balones largos buscando a Morata, pero siempre le encontraban en fuera de juego. Su compañero en la noche no era Costa sino Correa. Buscaba así goles el Cholo. Y le salió perfecto.
Correa, tantas veces también cuestionado, tiene algo que decide partidos: clase, intención, destellos en medio del barrio. El gol fue de Saúl pero en cuanto el balón se estampó en la red, todos los compañeros corrieron a felicitar al argentino. Había nacido en él. Cuerpeó a Unai Núñez en esa jugada tan suya, revolverse como quien baila vals, controló y dentro del área, tras otro quiebro y sentar a cuatro defensas, sintió como Saúl venía por detrás, con la pierna cargada: 210 días después se reencontraba con el gol, días de dudas y runrunes también. Simeone tenía el partido en su mano. Un disparo a puerta, un gol. La efectividad es el género que mejor le sale.
El Atleti había dejado atrás la arena y era salir en tres toques, transiciones rápidas. El Athletic amenazaba a balón parado y con ese viejo conocido que el Metropolitano mira y le cuesta no aplaudir, tan suyo es aunque ahora 180’ al año sea un rival, Rulo. Antes de que llegara el descanso, Oblak sumaba otra parada a sus guantes y Koke le quitaba a Williams un gol de la bota con la puntera. En el Metropolitano sólo se oían aplausos.
De nuevo Correa, gol de Morata
Tras el reposo Correa siguió poniéndole la música al juego y Morata la intención y las ocasiones, aunque siempre se nublara al final. El partido de Lemar era para ponerle un marco, segundo seguido, enorme por dentro, con más pase que desborde. Esto también es cholismo: brotes verdes hasta en lo que parecía un erial.
Miró el Cholo atrás, en su banquillo, justo después de que Muniain sacara la lima para afilar al Athletic con una volea que se estampó en el lateral de la red. En lo que tardaron Herrera y Costa en entrar al partido Koke cocinó, Correa asistió y Morata sopló todas las nubes sobre sus botas. 2-0. Los dos últimos ya podían irse al banquillo. Garitano se quedaba sin lima, sin uñas y sin ideas.
Al partido aún le quedaba media hora, y el regreso de Vitolo, el ‘sigue buscando’ de Costa en el gol y el pasar de los minutos para nada, otro clásico del Cholo, pero poco más ocurrió que un testarazo fuera de Saúl. El The End había sido esa foto, la del minuto 63. El abrazo de sus jugadores en el córner, Koke en el centro. Koke capitán, Koke escudo, Koke que agradece el aplauso del público levantando un dedo, palmeándose el escudo en el pecho. El Atleti duerme colíder en este sábado sin Clásico. Todos los leones domados. Y los demonios también.
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