Benzema está en todo madrid 1- 1 valencia

Palo doble para los Mavs: Doncic se lesiona y caen en la prórroga



El esloveno se torció el tobillo al pisar el pie de un rival cuando llevaba sólo un minuto y medio en pista. No volvió a jugar. Los Mavs remontan 24 puntos para morir en la orilla.


No fue la noche ideal la que vivieron en Dallas. Fue uno de esos partidos que deja un sabor de boca muy amargo. Empezó fatal, luego dio esperanzas, más tarde pareció arreglarse y al final volvió a dar otro golpe para mandar a casa a la parroquia texana con cara de tristeza. Todo comenzó cuando apenas se había jugado un minuto y medio de partido. Luka Doncic hizo una penetración y cuando iba a dar la asistencia a Powell, que le había acompañado en su entrada a canasta, apoyó su pie sobre el de Kendrick Nunn. La imagen en televisión no pudo ser más preocupante. El tobillo del esloveno se dobló por completo, poniendo todo el peso de su cuerpo sobre la articulación en una posición completamente antinatural.
Los Mavs aguantaban la respiración. La lesión de tobillo era evidente y faltaba ver la gravedad de la misma. Doncic, tras unos minutos sentado en el suelo mientras le miraban los médicos, se fue por su propio pie, el izquierdo en este caso. Se marchó camino del vestuario a la pata coja y ya no volvió a aparecer. Según Tim McMahon, periodista de ESPN que cubre la información de los Mavericks, las primeras pruebas han descartado una rotura. El ex del Real Madrid tendría un esguince y ahora faltaría saber cuál es la gravedad del mismo.
Con esta lesión se acaba su racha de partidos con 20+5+5 (la cierra en 20 encuentro, la tercera mayor de la historia). Y llega en un momento muy delicado para los de Dallas, que anoche comenzaban una serie de enfrentamientos contra los cinco primeros del Este. El estreno no pudo acabar peor. Con el equipo aún grogui ante lo que acababa de pasar, los Heat aprovecharon para tomar una ventaja que a mediados del segundo cuarto llegó a ser de 24 puntos. Meyes Leonard por dentro y Tyler Herro por fuera machacaban una y otra vez a un equipo que parecía haber tirado la toalla en el primer tiempo.
Pero si algo vienen demostrando los Mavs esta temporada es que tienen profundidad. Que hay muchos jugadores capaces de aportar. Y desde anoche también sabemos que hay unos cuantos que pueden tomar la responsabilidad si falta Luka Doncic. Con buen movimiento de balón, una de las señas de identidad del equipo, y con una fe inquebrantable, los locales levantaron un partido que estaba muerto hasta ponerse por delante a falta de algo más de cuatro minutos por primera vez en toda la noche. Con un banquillo que sigue dando alegrías, esta vez representado por tres hombres: Maxi Kleber, Jalen Brunson y JJ Barea. El primero (17 puntos) metió la canasta que ponía a su equipo por encima. Los segundos, con la difícil tarea de suplir a Doncic, se echaron al equipo a la espalda y por momentos nadie echó de menos al esloveno.
Brunson (18+7+8), que llegó junto al ex del Madrid en el draft del año pasado, apunta a que va a dar grandes cosas a su equipo. Y Barea (12 y 5 asistencias) es un veterano que lejos de estar de vuelta de todo y a pesar de la gravísima lesión que sufrió hace un año ha vuelto con ganas de no marcharse. Ellos fueron el apoyo perfecto para Porzingis (22+14) y Hardaway Jr. (28+5). Éste último se ha soltado definitivamente y se ha convertido en el anotador que necesitaban en Dallas. Pero los Heat, que siguen sin contar con Goran Dragic y que jugaban en back-to-back tras caer en casa con los Lakers, supieron jugar mejor al final del último cuarto y al final de la prórroga.
Jimmy Butler ya pudo ahorrar el tiempo extra con un intento de triple fallado. Después, en los cinco minutos finales, en los que los locales empezaron mucho mejor y tuvieron una ventaja de cuatro puntos, los visitantes volvieron a reaccionar a tiempo para llevarse el partido. Con un Butler esta vez sí decisivo (27+4+7) y un Adebayo monumental (18+11+10), que primero bailó a Porzingis y después cogió un rebote en ataque vital que acabó dejando a su equipo tres arriba y obligando a Brunson a jugársela en la línea de tres en la última posesión de Dallas. El balón no entró y la victoria se fue para Miami.

Clase magistral de Rose en la cara de James Harden

Clase magistral de Rose en la cara de James Harden


El base consigue su primer partido de 20+10 desde 2015 para conducir a su equipo a la victoria, a pesar de la lesión de Griffin. Westrbook no jugó.


James Harden venía de meter 109 puntos en dos partidos, pero anoche otro jugador le iba a quitar el protagonismo. Porque a pesar de que La Barba fue el máximo anotador del partido (39), Derrick Rose se llevó todas las miradas. El base de los Detroit Pistons firmó un 20+4+12 con una infinidad de jugadas que fueron claves para que su equipo se llevase la victoria de Houston. Por cierto, que es la primera vez que Rose firma un doble-doble de más de 20 puntos desde 2015.
Russell Westbrook tuvo la noche libre y no se sabe si por eso o porque venían de jugar el día anterior, pero los Rockets fueron todo el tiempo a remolque. Se dejaba llevar por los tirones de un James Harden que por momentos recordó al de los más de 50 puntos de los dos anteriores encuentros, pero que finalmente no llegó a esas cifras porque volvió a sus malos porcentajes. Pero echarle la culpa de la derrota solo a él no sería justo. El resto de titulares estuvieron fuera del encuentro (salvedad hecha de Capela) y, aunque el banquillo si que aportó buenos minutos, sobre todo Clemons y Rivers, no fue suficiente ante un equipo que también tenía sus bajas.
El partido lo empezó sin Andre Drummond y lo acabó sin Blake Griffin, que después de 15 minutos en la pista se hizo daño en la misma rodilla de la que fue operado este verano. Ante este panorama empezaron a aparecer jugadores por todos lados. Cuando no metía un triple Kennard (22+7) lo hacía Snell (15+5). Brown aportaba por fuera (16+10+6+4) igual que lo hacía Morris por dentro (15+8). Y manejando todo este despliegue estaba Rose, primero asistiendo y finalmente decidiendo el mismo en unos contra unos que recordaban a lo que una vez fue. Movimientos eléctricos, entradas a canasta imparables pasándose el balón por detrás a una velocidad infernal. Todo para dar una victoria que pone a los Pistons a medio partido de los playoffs del Este.

Benzema está en todo

Benzema celebra su gol con Nacho y Ramos.

El francés, en el descuento, salva a un Madrid que empezó bien y acabó mal. Casemiro no jugó. El Valencia fue una roca y estuvo al borde de la victoria.


El Clásico se servirá al punto, con Barça y Madrid igualados en la tabla y curados de humildad en el fin de semana. El torneo no es solo suyo, como mostraron Real Sociedad y Valencia, peor armados pero con mayor empeño. El Madrid empezó en la cima en Mestalla, pero acabó salvándose del abismo con un gol de Benzema, otra vez copichichi. El francés es alfa y omega del equipo, en los mejores días y en otros como este, en que el Valencia fue agigantándose hasta rozar el triunfo.
Zidane lo había ido dejando quizá más tiempo de lo conveniente. Sin Casemiro no sale desde hace mucho tiempo ni a bajar la basura y se decidió a sentarlo en Valencia, un zarzal, porque se le echaron encima las cuatro tarjetas del brasileño y el Clásico del procés. Casemiro viene a ser el Ministerio para la Transición Ecológica del Madrid, el jugador que hace sostenible un equipo en el que los que atacan son mayoría sobre los que defienden. Lo aprendió Zidane en su primer año, cuando no reparó en él de salida y al que se agarró después con la firmeza del creyente. En todo este tiempo el club no ha encontrado o no ha puesto demasiado empeño en buscar un repuesto para él, segundo recuperador del campeonato y primero en campo contrario. El partido acabó por convencerle de que juntando cuatro centrocampistas compensa ese factor de corrección. Unos cuantos violines son capaces de suplir a un tambor.
El Madrid entró a saco en el duelo desde el riesgo, con Nacho como lateral izquierdo en su primer partido en dos meses y medio, con Rodrygo, con Valverde de coche escoba en el centro del campo y sin Bale, unas veces no disponible y otras no dispuesto. Para partidos así le trajeron no hace tanto y de ellos ha ido despegándose.

Un Valencia de menos a más

El Valencia amaneció encogido, en su alineación y en su ánimo. Celades dobló la banda izquierda con dos laterales, Jaume Costa más Gayá, y dejó solo en punta a Rodrygo. El equipo hundió mucho su línea defensiva y quedó sometido al Madrid del último mes. También tuvo su peso la feliz paliza de Ámsterdam, que vació al equipo física y emocionalmente. Ni siquiera Mestalla pudo inflar de inicio a un grupo redecorado por Celades y acostumbrado a que la tierra tiemble bajo sus pies. Incluso en épocas de abundancia como la de Marcelino y Alemany, abruptamente interrumpida.
El Madrid dominó de salida con autoridad desde su fútbol combinativo, dirigido por Modric, Kroos e Isco. El croata anda ya convencido de que su empleo es a tiempo parcial, de que Zidane le racionará los descansos para alargar su carrera. De momento, la cosa funciona. Bajo su alta dirección rodeó el Madrid al Valencia, aunque se quedara en la superficie. El asalto de este Madrid verde menta comenzó con la petición exagerada de un penalti a Rodrygo (como exagerada fue también la petición airada de responsabilidades al adolescente por parte de los jugadores del Valencia sobre un piscinazo que no existió). Después fue espaciando sus ocasiones: un disparo de Valverde rechazado por Jaume, un cabezazo de Benzema fuera, un tiro desviado de Modric, otro cabezazo blando de Rodrygo... El Valencia sólo estuvo cerca del gol en un testarazo de Ferran Torres en una salida por uvas de Courtois. Lo fio todo a que lo salvase una contra.
En todo caso, el equipo de Celades tuvo la habilidad de ir alejando de Jaume esa abrumadora posesión del Madrid, que con el tiempo empezó a dejar de tener efectos prácticos. Los de Zidane pasaron a mover la pelota con sosería y se llevaron algún susto. Casi a vuelta de vestuario Courtois tuvo que resolver un mano a mano ante Ferran Torres. El cambio de viento animó a Celades, que quitó a un lateral, Costa, para meter un mediapunta, Vallejo.
En el Madrid pasaban cada vez menos cosas, incluso con la entrada de Bale y Vinicius, y el Valencia se fue agigantando hasta que dio con el gol en una disputa ganada por Wass ante Nacho. El centro del danés cruzó el área para que lo rematara a placer Carlos Soler. Al Madrid no le quedaron después ni fuerzas ni ocurrencias. El partido lo había dejado ir por falta de contundencia en el primer tiempo. Aun así fue capaz de empatar a la tremenda, en un córner al que acudió hasta Courtois, cuyo primer remate rechazó Jaume. En aquella montonera metió su pie Benzema para que el Clásico tenga una presentación inmejorable.

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