De la mano de messi el barca saca el triunfo agónico

La vida sigue igual

La vida sigue igual

Messi vuelve a resolver en el debut de Setién en el Camp Nou ante un Granada en inferioridad. Al nuevo técnico le queda mucha faena por delante.


Sigue la vida igual en el Camp Nou, con el Barça pendiente de Messi para liquidar los partidos, aunque sean, como fue el caso de este domingo, con la novedad de un nuevo entrenador y ante un Granada en inferioridad numérica en los últimos 20 minutos. El argentino selló el triunfo por 1-0 en el último tramo de un partido tan soso (o más) que los que han llevado al Barça hasta aquí. A Setién le queda mucha faena por hacer y a la afición culé, hacerse a la idea de que las cosas no se cambian de la noche a la mañana.
La primera alineación de Setién fue un jarro de agua fría para todos aquellos que preveían ante el Granada la tercera llegada de Cruyff al Camp Nou. En vez de eso, fue más bien una firma a la declaración de los principios enunciados por el profeta Toshack, que fue el que dijo eso de que "al final juegan los mismos de siempre".
Con Umtiti en la defensa y un centro del campo en el que Rakitic y Arturo Vidal eran los volantes de Busquets, el Barça empezó su nueva era aferrándose al de siempre: Leo Messi. Únicamente las intervenciones del argentino interrumpían las posesiones eternas de un Barcelona que si bien de salida mostró algo de ímpetu renovado, pronto dejó al aire las costuras de siempre.
A los ocho minutos, el Granada ya pilló despistada a la defensa del Barça en el saque de una falta que provocó la única aproximación peligrosa de los andaluces en el primer tiempo. Los males de Liverpool siguen ahí, no puede decirse lo mismo de Valverde.
La receta de Diego Martínez resultó satisfactoria para parar al Barça de salida: muchas faltas, la mayoría de ellas cometidas por un Gonalons que se ganó a pulso una tarjeta amarilla ni que fuera por reiteración, que cortocircuitaban a un Barça recurrente que únicamente creaba peligro en libres directos lanzados por Messi, en jugadas en las que Messi habilitaba a Ansu Fati o en las que Messi combinaba con Jordi Alba. Es decir, todo seguía igual, pero con más posesión. Y por si faltaba algo, Arturo Vidal estaba siendo el único a la altura del desafío, enorme en el despliegue y el más clarividente en el filtrado de pases. Eso sí, no hay que perder de vista que el rival era el Granada. Un equipo que fue dominado de cabo a rabo, pero sin sentirse sometido ni agobiado en ningún momento. Ya dijo en la previa el nuevo técnico que no quería a un Barça "sobreexcitado". No lo fue, pero entre eso y seguir durmiendo al respetable aún sigue habiendo diferencia.
La grada, entusiasta al inicio y congelada después, únicamente reaccionó cuando sobre la hora de juego, Riqui Puig salió del banquillo a calentar. El cambio lampedusiano se arriesgaba a decantarse por una pizca de cruyffismo. El partido, como una gran partida de ajedrez, iba camino de resolverse con los últimos movimientos.
Pero fue el Granada el que movió primero el banquillo y se vino arriba con un disparo al palo de Eteki que dejó al Camp Nou ultracongelado. La grada se descongeló cuando a 20 minutos del final Germán vio la roja por segunda amarilla que coincidió con la entrada de Riqui Puig por Rakitic. A los cinco minutos, llegó el momento decisivo tras una recuperación del canterano que sin mirar Arturo Vidal cedió a Messi para que resolviera el problema en el que se estaba metiendo un Barça donde la vida, de momento, sigue igual a pesar del cambio de entrenador.

Raheem Mostert y la defensiva llevan a 49ers al Super Bowl

Raheem Mostert conta Packers

Los 49ers se medirán a Kansas City en un Super Bowl inédito y en busca del sexto campeonato de su historia.

Jimmy G y los 49ers van a Miami, cargados sobre los hombros de Raheem Mostert.
Mostert impuso una marca de la franquicia en playoffs con 220 yardas por tierra y 3 touchdowns, Jimmy Garoppolo necesitó lanzar apenas 8 pases para 77 yardas y la defensiva de 49ers hizo el resto ante Aaron Rodgers para guiar a San Francisco a un triunfo 37-20 sobre los Green Bay Packers el domingo en la Final de la Conferencia Nacional.
El próximo paso para San Francisco es viajar a Miami en un par de semanas en donde Patrick Mahomes y el potente ataque de los Kansas City Chiefs pondrán a prueba a la defensiva de los 49ers, que retomó su nivel óptimo en los momentos de mayor presión.
Pregúntenle a Rodgers.
Green Bay tuvo apenas 25 jugadas, avanzó únicamente 83 yardas y perdió dos balones ─incluyendo una intercepción─ durante una primera mitad de pesadilla. El marcador de 27-0 al medio tiempo no hizo justicia suficiente al dominio de San Francisco. Los números de Mostert, por otro lado, fueron vivo reflejo de lo que los 49ers son capaces.
Mostert inició la fiesta con un acarreo de anotación de 36 yardas en la segunda serie de San Francisco en el encuentro. Acumuló touchdowns de nueve y 18 yardas antes de que finalizara la primera mitad y los 49ers cerraron la cuenta en los primeros dos cuartos con goles de campo de Robbie Gould de 54 y 27 yardas. Mostert, quien finalizó con un promedio de 7.6 yardas en sus 29 acarreos, cerró su cuenta personal con una escapada de touchdown de 22 yardas en el tercer cuarto. El simbólico tiro de gracia.
Con el encuentro prácticamente sentenciado en los dos primeros cuartos, la dominante defensiva de San Francisco quitó el pie del acelerador apenas lo suficiente para devolverle un poco de relevancia a Rodgers y al partido.
Rodgers finalizó con 31 completos de 39 intentos para 326 yardas con dos touchdowns, de nueve yardas a Aaron Jones y de ocho a Jace Sternberger, y dos intercepciones, la última de ellas a Richard Sherman con menos de dos minutos en el reloj para poner fin a una sorpresiva temporada de Green Bay.
Con el marcador 34-20 y más de 8 minutos restantes, San Francisco puso nuevamente pedal a fondo y le arrancó el último aliento de vida a los Packers. Green Bay se va a casa. San Francisco se va a Miami.


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